ESPERANDO A GODOT: VIVIR ES ABSURDO

    Esperando a Godot, en el francés original En attendant Godot, es una obra de teatro escrita a finales de 1948 por el escritor irlandés Samuel Beckett. Publicada en 1952, fue representada por vez primera en París en 1953. La traducción al inglés fue realizada por el mismo Beckett en 1955. Es la obra más famosa de su autor y está considerada una de las piezas clave de lo que se conoce como teatro del absurdo.

    La obra se divide en dos actos, y en ambos aparecen desde el principio hasta el final los dos mismos vagabundos, Vladimir y Estragon, que esperan en vano junto a un camino y bajo un árbol a un tal Godot, con quien (quizás) tienen cita. El público nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de asunto han de tratar con él. También en cada acto, aparecen otros tres personajes: el cruel Pozzo y su esclavo Lucky, y finalmente un muchacho que hace llegar el mensaje a Vladimir y Estragon de que Godot no vendrá hoy, "pero mañana seguro que sí".

    Esta trama, que intencionalmente no ofrece ningún hecho relevante y llega a ser agobiante por lo repetitiva, simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida humana, tema recurrente del existencialismo. De hecho un resumen posible de la obra es el siguiente: “Nada ocurre, dos veces”. Una interpretación extendida del misteriosamente ausente Godot es que representa a Dios (en inglés: God), aunque Beckett siempre negó esto. Según el autor, en realidad no hay que buscar ningún significado trascendental a la obra

    La representación está dividida en dos actos. La trama trata de Vladimir (también llamado "Didi") y Estragon (también llamado "Gogo"), que parecen ser vagabundos: su ropa es andrajosa y no les viene bien; también podrían ser refugiados o soldados desplazados por la Segunda Guerra Mundial, que acababa de terminar y que inspiró mucho a Beckett. Vladimir y Estragon pasan el tiempo conversando y a veces discutiendo hasta que les interrumpe la llegada de Pozzo, un hombre cruel pero culto que afirma ser el dueño de la tierra donde se encuentran. Con él viene su criado Lucky, a quien parece controlar por medio de una larga cuerda. Tras la partida de Pozzo y Lucky, un niño llega con un mensaje de Godot: "No vendrá hoy, pero vendrá mañana". El segundo acto sigue un patrón similar al del primero, pero cuando Pozzo y Lucky llegan, Pozzo se ha vuelto inexplicablemente ciego, y Lucky, mudo. De nuevo el mismo chico, que, sin embargo, niega serlo, llega para anunciar que igualmente Godot no vendrá hoy sino mañana.

    A pesar de esa frialdad, repetitividad e inconsecuencia del texto, la obra también presenta momentos de comedia, que recuerdan el hieratismo de las películas del cine mudo, sobre todo de Charlie Chaplin o Buster Keaton. Algunas escenas que incluyen juegos con sombreros, fueron adaptadas de los Hermanos Marx y la relación de Vladimir y Estragon puede estar basada en la de Laurel y Hardy (El Gordo y el Flaco).

    Muchos lectores de esta obra han interpretado que el personaje Godot representa simbólicamente a Dios, pues no aparece en ningún momento y la espera sin objetivo claro de Vladimir y Estragon representaría la espera de las masas por un ser que jamás aparecerá. A su vez Pozzo vendría a representar el papel de explotador o dictador, dado su abuso tiránico de su criado y esclavo Lucky, quien ni siquiera piensa si no se le ordena.

    Esperando a Godot fue el tercer intento de Beckett en el campo del teatro pero la primera vez que su obra se llevó a escena. Subtitulado como   tragicomedia  , el guion hace poca referencia a cómo deben ser el escenario o el vestuario (excepto que los cuatro personajes principales debían llevar bombines); la única referencia al escenario es escueta: "Un camino en el campo. Un árbol. De tarde", antes del Primer Acto. Se trata, por lo tanto, de una puesta en escena minimalista que centra la atención en esos personajes que, por otra parte, no desarrollan ninguna acción.

    La pieza causó escándalo en su época. En las primeras representaciones, la mitad de la sala salía antes del final del Acto I. Otros espectadores se quedaban para abuchear a los autores y enfrentarse a los que les había gustado la obra, hasta el punto de que en una ocasión hubo que bajar el telón al principio del acto II. Como en otras ocasiones en la historia del teatro europeo, esta puesta en escena escandalosa sirvió para hacer famosa a la obra desde el primer momento.

EDICIONES DIGITALES

ORIGINAL: https://mutins.pagesperso-orange.fr/textes/txtgod.html

INGLÉS: https://samuel-beckett.net/Waiting_for_Godot_Part1.html

ALEMÁN:

CASTELLANO: https://www.teatroenmiami.com/biblioteca/godot.pdf