BARTOLOMÉ DE LAS CASAS: PROTECTOR DE LOS INDÍGENAS

     El dominico fray Bartolomé de Las Casas nació en Sevilla (Castilla), probablemente en 1484 y tuvo una primera formación latina de la que se conoce muy poco. En 1502, siguiendo los pasos de su padre, que había participado en el segundo viaje de Colón, llega a La Española (isla de Santo Domingo), donde a lo largo de 1503 se dedicó a extraer oro, participando en la campaña de conquista. Por tal motivo, recibió una encomienda que administró hasta 1506. Ese año viajó de regreso a Sevilla, en donde tomó órdenes menores y al siguiente se ordenó como presbítero en Roma. Regresó a La Española en 1508 y durante 1511 escuchó los comentarios del Sermón de adviento de fray Antonio de Montesinos, el cual censuraba la conducta de los colonos por su maltrato de los indígenas. Sin embargo, por esta época todavía se le negó la absolución debido a que mantenía su repartimiento. Es más, como recompensa por sus acciones durante la conquista de Cuba, en 1514 recibió una nueva encomienda. Sin embargo, Las Casas tomó conciencia paulatinamente de lo injusto que era el sistema y ese mismo año, a la edad de treinta, pronunció un sermón durante el cual renunció a sus repartimientos públicamente.

     En 1515 se trasladó a Santo Domingo, donde se vinculó con los frailes dominicos. Fue enviado a España en compañía de Antonio de Montesinos para abogar por los indios pero los resultados fueron adversos a sus peticiones. Debido al fracaso, y tras la muerte del rey Fernando el Católico, Montesinos y Las Casas viajaron a Madrid para realizar nuevas gestiones ante el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, que ejercía la regencia de la Corona de Castilla. Las Casas fue comisionado y se le nombró procurador y protector universal de todos los indios. De este modo, en 1520 el Consejo de Castilla autorizó a Las Casas a llevar a cabo el proyecto para crear una colonia pacífica en el territorio de Cumaná, pero el proyecto fracasó porque en su ausencia los indios se rebelaron. Desengañado, entró en la Orden de Santo Domingo y a partir de 1521 se retiró para dedicarse al estudio de la teología, la filosofía y el derecho canónico y medieval, y comenzó a escribir su Historia de las Indias.

     En 1535 regresa a América donde intenta de nuevo un programa de colonización pacífica en Guatemala, con relativo éxito; vuelve de nuevo a España en 1540 y en Valladolid visita al emperador Carlos. Éste, prestando oídos a las demandas de Las Casas y a las nuevas ideas del derecho de gentes difundidas por Francisco de Vitoria, promulga en 1542 las Leyes Nuevas. En ellas se prohibía la esclavitud de los indios y se ordenaba que todos quedaran libres de los encomenderos y fueran puestos bajo la protección directa de la Corona. A finales de ese mismo año, terminó de redactar en Valencia su obra más conocida, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, dirigida al príncipe Felipe (futuro Felipe II), entonces encargado de los asuntos de Indias.

     Se le ofreció el importantísimo obispado de Cuzco, pero Las Casas no aceptó, aunque sí el de Chiapas en 1543, con el encargo de poner en práctica sus teorías. Residió allí durante dos años para regresar definitivamente a España en 1547. Renunció a su obispado y continuó con su labor de defensa de los indios hasta su muerte, lo que le valió ser conocido como el Apóstol de los Indios. En Valladolid, entre 1550 y 1551, todavía mantuvo una polémica con Juan Ginés de Sepúlveda («La controversia de Valladolid») sobre la legitimidad de la conquista. Bartolomé de Las Casas murió en Madrid en 1566.

     Junto con Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas es considerado uno de los fundadores del derecho internacional moderno y precursor de los derechos humanos y en especial  del derecho de gentes. La tradición legal que fue usada para tal fin fue la del derecho natural, a su vez tomada del derecho medieval y la filosofía estoica. Las Casas consideró que los indígenas tenían uso de razón y por lo tanto, amparados por el derecho natural, eran titulares del derecho a la libertad y a la autonomía política.

 

PRINCIPALES OBRAS

          Historia de las Indias, inédita

          Brevísima relación de la destrucción de las Indias, 1552.