F. HÖLDERLIN: LAS RAÍCES CLÁSICAS DEL ROMANTICISMO

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    Friedrich Hölderlin nació en el gran ducado de Würtemberg en 1770. Su infancia fue complicada pues en sus primeros nueve años de vida perdió a su padre y a su padrastro, así como a varios de sus hermanos, por lo que se crió especialmente ligado a su madre. Ella le impulsó a que entrara en un seminario y se consagrara a la religión. Allí aprendió las lenguas clásicas, comenzó a leer a Klopstock y a Schiller y, a los 14 años, escribió sus primeros poemas. Posteriormente, de 1788 a 1793, Hölderlin estudió teología en el seminario protestante de Tübinga, al mismo tiempo que Hegel y que Schelling, filósofos idealistas alemanes, todos ellos grandes entusiastas de la Revolución Francesa.

    En 1793 Hölderlin fue presentado a Friedrich Schiller, que le publicó algunos de sus poemas. Por entonces consigue también un puesto de preceptor en casa de un rico banquero de Fráncfort, Jakob Gontard, donde conoce al gran amor de su vida Susette, la esposa del banquero, a la que él llama Diótima en sus poemas y en su novela Hyperion. La felicidad de la pareja dura poco tiempo pues el marido descubre su relación y el poeta debe dejar de visitar a Susette, aunque siguen encontrándose en secreto hasta 1800.

    Aunque Hölderlin decide marcharse temporalmente de Francfort en 1798, ésta es una época de intensa creatividad en la que da fin a sus grandes elegías y comienza su única tragedia, La muerte de Empédocles, inacabada. Entre los principales poemas de este periodo destacan su obra maestra, El archipiélago, donde dibuja un regreso espiritual a la Grecia antigua que Hölderlin quiere trasladar poéticamente a la Alemania de su tiempo, sobre todo a su Suabia natal. También tienen un especial interés la oda El Rin y el poema patriótico Germania. Sin embargo, la Grecia de Hölderlin es el auténtico mito lírico creado por el poeta, superior incluso a la Grecia clásica de Goethe o de Schiller, que pretendieron una reconstrucción más historicista. En Hölderlin la búsqueda de Grecia es un retorno a la patria, a una extraña Grecia suaba habitada por sus propios dioses personales. En la misma línea, a partir de 1800 Hölderlin tradujo a Píndaro y a Sófocles y profundizó en su conocimiento de los orígenes griegos de la civilización occidental.

    Tras un breve empleo como preceptor en Burdeos, Hölderlin, que se había enterado de la muerte de Susette, regresa en 1802 a Würtemberg. Como consecuencia de estos viajes y de sus penalidades, el estado de salud del poeta, que había sufrido ya unos primeros ataques de esquizofrenia, se degrada cada vez más hasta el punto de que tener que ser internado a la fuerza en una clínica de Tübinga en 1806. Ciertamente, los grandes Himnos de Hölderlin fueron escritos entre 1800 y 1803, antes de su enfermedad, pero siguió escribiendo fragmentos de este estilo hasta 1806 e incluso en la parte final de su vida también compuso algunos poemas sueltos sobre el ciclo de las estaciones.

    A partir del momento en el que sus problemas mentales le impidieron seguir llevando una vida normal, desde 1807 hasta su muerte en 1843, los últimos 36 años de vida de Hölderlin se desarrollan a la sombra de la locura en la casa del carpintero Ernst Zimmer en Tübinga.

    Friedrich Hölderlin no puede adscribirse por completo a ninguno de los dos principales movimientos literarios de su tiempo, el clasicismo de Weimar o el Romanticismo pero su pensamiento refleja elementos comunes a estas dos grandes corrientes. Por su utilización clásica del verso, de la forma y de la sintaxis, Hölderlin puede ser considerado un sucesor de Klopstock y por lo tanto un clasicista. Como William Blake y W. B. Yeats, en cambio, explora la cosmología y la historia para hallar un sentido en este mundo incierto y de este modo participa en la formación del idealismo romántico alemán. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la primera edición de sus obras no se publicó hasta 1846 y que Hölderlin solo ha sido valorado como un gran poeta desde principios del siglo XX. Así pues, nos encontramos ante un autor que no forma parte de la corriente natural de la lírica europea y que, por lo tanto, desde el punto de vista diacrónico tiene un valor especial como muestra de determinadas posibilidades del pensamiento romántico que no llegaron a desarrollarse ni se generalizaron.

PRINCIPALES OBRAS

    Hyperion o El ermitaño en Grecia (1797-99)

    El archipiélago

    La muerte de Empédocles, tragedia

    Odas

    Himnos